Loles Leon admite estar encasillada

por LQSA_Recio Vie 04 Sep 2009, 08:39

"LO QUE QUIERO ES CAMBIAR DE REGISTRO"

Loles Leon admite estar encasillada Loles

En el camerino de Loles León, una chica trata de convencer a la actriz para que acepte una colaboración con una revista. “No te costará nada, de verdad, se trata tan solo de unas cuantas preguntas sobre sexo que los lectores te harán cada tres meses. Las contestarás en media hora y, bueno, no está tan mal pagado…”, insiste. “Que no, que te he dicho que no, que yo no soy periodista. Soy actriz. Nada más y nada menos. Y que no me apetece, y punto”, responde Loles, rotunda, en el tono dicharachero al que nos tiene acostumbrados. Pero la periodista, tan insistente como un político en campaña electoral, sigue con su retahíla de frases convincentes, dispuesta a cualquier cosa con tal de llevarse a su terreno a la actriz. Al final, Loles, dando por terminada la conversación, dice: “ay, de verdad, qué pesaaaaaaaaados que sois, bueno, no sé, hablamos el viernes, ¿vale? El viernes me llamas y me lo cuentas todo otra vez, a ver qué pasa. Gracias por todo, mujer, y alegra esa cara. Y recuerda que hay que ser ambiciosa en esta vida, que si no una no llega a ningún sitio”. La chica, sorprendidísima ante las ocurrencias de la actriz, se echa a reír y luego se marcha, deshecha por la emoción provocada ante tanta espontaneidad.

“Vamos a tomar algo, ¿no?”, nos pregunta ahora Loles, exultante como lo estaría una jovencita en el día de su dieciocho cumpleaños. Y es que no es para menos. La actriz no para de recibir felicitaciones por su papel en La Gran Vía… esquina a Chueca, recomendable zarzuela que protagoniza con éxito estos días (hasta el 8 de marzo). Da vida a Doña Virtudes, singular secretaria del concejal de Urbanismo de la capital que se las ve y se las desea con numerosos ciudadanos madrileños que, enfadadísimos, protestan coléricamente contra la presunta edificación que el Ayuntamiento planea sobre la Gran Vía. Y canta, y baila, y, como siempre, divierte.

El camerino de la actriz está repleto de ramos de flores que le han regalado sus amistades, gente que va desde íntimos desconocidos a otra tan popular como Rafaela Carrá o Natalia Figueroa. Media hora antes, Loles cantaba y bailaba en lo alto del escenario del Teatro La Zarzuela. Más tarde, en un bar vasco que hay justo enfrente del teatro, Loles no puede negar que esta última experiencia profesional le esté resultando enriquecedora.

-Sí, estoy muy, muy contenta. –decía, mientras bebía a sorbos lentos un txacoli- ¿Sabéis? Al principio, cuando me llamaron, yo estaba muy asustada, muerta de miedo. A veces pensaba que no iba a llegar a lo que se exigía de mí. Y es que yo nunca había hecho zarzuela, nunca, y además no tenía muy claro que fueran a aceptarme en ese mundillo. Pero sí, me han aceptado, claro que yo también lo he puesto todo de mi parte. Ha sido muy emocionante, los primeros días de actuación lloré y todo. Sí, yo ya había cantado muchas veces. En mis comienzos en Barcelona cantaba muchísimo, más que aquí, hice revista, cabaret, ¿recordáis? Y luego cuando me vine a Madrid, que me vine yo sola con mi pianista, cantaba 15 canciones en un espectáculo. Hombre, esto ha sido más difícil, me ha costado llegar a lo exigido. Porque yo siempre que había cantado los músicos iban detrás de mí, aquí he sido yo la que me he tenido que amoldar. ¿Que si quiero un cigarro? No, no, qué va, ya no fumo. Al final lo he conseguido. Llevo más de un año sin fumar. Y ni ver quiero ahora los cigarrillos.

Cada pocos minutos, mientras Loles nos cuenta estas cosas, se acerca una persona para saludarla. “Me encantas, me encantas, qué guapa y qué divertida eres, hija”, le dice una señora. “¡Oh! ¡No puedo creerlo!, ¿eres Loles León?”, le dice otra, y ella sonríe, afirma con la cabeza y da las gracias de una forma muy amable.

-Claro, con el público una siempre debe ser simpática. Hay veces en que ser agradable no te apetece, claro, pues todos tenemos días y momentos, pero las ventajas de la fama y sobre todo de tener un nombre son mucho mayores que las desventajas. Porque a mí mi nombre me ha costado mucho esfuerzo y trabajo… que llevo ya treinta y cinco años en esto…

-Y el público te quiere, eso se nota. Dime una cosa, ¿no te apetece volver a la televisión? Hace mucho que no te vemos en una serie…
-Cuando me ofrezcan algo que merezca la pena, lo haré. Este año me llamaron para participar en Mira quién baila y en el debate de Gran Hermano, pero, qué quieres que te diga, prefiero mil veces estar aquí, en el Teatro, aunque lo otro se pague muy bien. En una serie no me importaría trabajar, siempre y cuando sea buena y me guste el proyecto y el guión. Si no, ni hablar, por mucho que me paguen. En los últimos meses me han ofrecido estar en dos series, pero yo me di cuenta que los guiones no eran nada buenos, y las rechacé. Creo que sería importantísimo descubrir a nuevos guionistas, jóvenes talentos.

-¿Los hay?
-¡Por supuesto que los hay! Yo tengo una productora y los contactos necesarios para proponer una serie en condiciones. Sinceramente, estoy ansiosa porque me manden guiones, guiones buenos de verdad. Hay mucha gente con talento, pero a lo mejor nadie les ha dado la oportunidad. Si yo supiera escribir…

-Y de cine, ¿ qué proyectos tienes ahora?
- Estoy esperando proyectos porque el cine es lo que más me gusta y me llena. Ojalá me llegue pronto un papel dramático potente, lo haría incluso sin cobrar dinero, en serio.

-¿Crees que estás encasillada?
-Lo estoy, para qué vamos a negarlo o decir otra cosa. Por eso ahora lo que quiero es cambiar de registro.

Desde luego que Loles León está dotada para registros dramáticos (como ya demostró hace años en la película Amor de hombre) y para rodar una película con Steven Spielberg si hiciera falta. Quizás sea que en este país los productores van a lo fácil, a lo que ya se sabe y está aceptado por el público, sin atreverse a innovar demasiado en un mercado que cada vez se ve más castigado por la crisis, por el top manta y por el tráfico de internet. Más tarde y con cualquier pretexto, la conversación se desvía hacia temas más personales. Le pregunto a Loles si ahora tiene pareja y ella, al escuchar la pregunta, se echa a reír. Luego se pone seria y exclama: “¡Ya me gustaría! Pero no, la verdad es que no, y lo veo muy difícil. Quiero decir que yo no creo que me vuelva a enamorar, desde luego no como antes. En todo caso puedo encontrar a un hombre que me interese y, aún así, la cosa está muy, muy complicada. Para empezar, todos mis amigos son gays, todos. Trato con heterosexuales, claro, pero de mis amigos de verdad, con los que salgo, con los que comparto confidencias, con los que viajo, con los que ceno, con los que salgo de copas, con los que lloro y me confieso, ninguno. Y, claro, ¿dónde voy a conocer yo a ese hombre que me interese? Además, y te soy sincera, yo ya no estoy como para aguantar según qué cosas. Por supuesto, tendría que ser un hombre muy evolucionado, viajado, que me seduzca con su discurso, no sé, que sea interesante. Y que no me dé la lata. O sea, que no me cargue a mí con sus problemas, que yo ya me soluciono los míos sola. Que no me venga diciendo ‘es que me he separado de mi mujer…’. Vamos, si me dice eso, lo mando a la mierda a los cinco minutos. Y si se le ocurre decirme lo que tengo que hacer o criticar a mis amigos, le mando a la mierda a los treinta segundos. ¿Ves como lo tengo complicado para encontrar novio?”.

Así es Loles León: directa, desprejuiciada, divertida, sin pelos en la lengua, una de esas personas que nunca, bajo ningún concepto, dejaría un sms sin responder ni la llamada de un amigo sin atender, alguien con quien puedes disfrutar de la conversación pues nunca, jamás, habla de aquello que no siente. Una mujer con la que puedes tomarte tranquilamente unos txacolis mientras la conversación navega entre Pedro Almodóvar y sus amigos Manolito o Juanito, que son absolutos desconocidos pero para ella tan importantes como el primero. Una actriz a la que no han cambiado ni los falsos oropeles de la fama ni el tráfico de vanidades del mundo del cine. Y esto, todo esto, hace de ella que sea una mujer muy especial.

Bueno... lo primero de todo es que no me he dado cuenta; la entrevista es un poco antigua; Marzo 2009, y pense que era mas reciente.